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The Pacific, cuando lo mejor es morir

Las azuladas aguas del Océano Pacífico, las islas, sus playas, las palmeras y los cocos fueron el peor infierno del mundo durante la Segunda Guerra Mundial. Los soldados norteamericanos y Aliados que combatieron en ellas lo podrán afirmar mejor que nadie. Los japoneses no, casi todos murieron. Eso mismo convirtió esa guerra en la peor de todas. No había prisioneros, se luchaba hasta morir. HBO ha decidido recuperar la gloria de aquellos hombres que marcharon voluntarios a combatir en el peor lugar del mundo. De isla en isla. Sin rendiciones, luchando hasta el final. Quizá el personaje de Marlon Brando en ‘Apocalipsis Now’ debiera haber vivido aquello para hablar del horror.

“The Pacific” son diez episodios, la serie de mayor coste de la historia, que reviven la odisea de un puñado de hombres. No siempre son los mismos, hubo muchas bajas. Marines que lucharon en batallas como Guadalcanal (seis meses de duración) Gloucester, Pavuvu, Banika, Peleliu, Iwo Jima u Okinawa, partes de la historia que no se deberían olvidar.

La serie, puede que uno de los mejores trabajos bélicos de todos los tiempos, salta en el tiempo con maestría para resumir cinco años con una capacidad de síntesis tremenda. Hay que contar los hechos, pero no se puede obviar la forma de vida a la que se vieron obligados a vivir esos hombres. Isla tras isla, en las peores condiciones imaginables, en verano, en invierno, con mosquitos y decenas de enfermedades, viviendo en trincheras inundadas, comiendo comida podrida, viendo cosas que nadie querría ver. A diferencia de los hombres que lucharon en Europa, los soldados destinados al Pacífico no tenían un Londres o un Paris cerca donde descansar. Viajaron a Melbourne, pero no había permisos de fin de semana. Estaban abandonados en una isla en mitad del mar con millares de japoneses escondidos en cuevas que luchaban hasta morir.

Detrás de este brillante trabajo se esconden las figuras en la producción de Tom Hanks y Steven Spielberg (Hermanos de Sangre). La primera gran decisión que tomaron fue la elección para la dirección y el guión de algunos de los mejores hombres de la televisión como Tim Van Patten, director de alguno de los mejores episodios de Los Soprano o The Wire.

Los diez episodios forman una serie con mucha clase, que a pesar de ignorar por completo el punto de vista del enemigo (quizá más interesante), descubre pasajes de la historia completamente olvidados por el cine. Lugares en los que sucedieron cosas terribles en pos de una causa en muchos casos ignorada. El reparto, que se asemeja bastante físicamente a los personajes reales, culmina con maestría un guión excepcional que te mantiene en la tensión bélica, pero que también muestra cómo era la vida en otros instantes. Un trabajo conmovedor, necesario y tremendamente crudo. Un homenaje a unos héroes olvidados. Gente que lo pasó muy mal, soldados que se cuestionan al llegar a casa por qué ellos están vivos.

La serie presenta a varios personajes geniales, el psicópata, el chico de pueblo enrolado voluntariamente, el gracioso, el marine perfecto, el buen y el mal jefe. Ninguno responde al arquetipo habitual, todos son personas creíbles.

Los hombres reaccionan de modos muy diversos ante ese infierno, pero casi todos tiran para adelante. El instinto de supervivencia les mueve por encima del miedo a morir. La serie presenta momentos brillantes, puntos de vista excepcionales y reacciones imposibles. La realidad bélica como pocas veces se ha representado. De tal modo, uno se siente en la piel de esos hombres y piensa en arrancársela en jirones. Pero conseguir ese efecto es ya, por sí solo, un tremendo éxito.

ALFONSO CARDENAL

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2 Comments

  1. Carlos
    1 Junio 2010

    Efectivamente, una gran serie. Hoy veremos el epìsodio 10 (nosotros, lógicamente, la hemos pirateado) y nos da mucha pena que se acabe. Anoche vimos el 9 y creo que tiene momentos de los mejores del cine bélico de todos los tiempos, claro que lo dirige Van Patten. La verdad es que la HBO no defrauda nunca.

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