La vida de Enric González ha volado, en cierta medida, al azar de los destinos periodísticos. El corresponsal de El País está a las puertas de un nuevo hogar en su vida, Jerusalén. La nueva corresponsalía del catalán comenzará a principios de 2010. Aquí están sus primeros viajes.
LONDRES
Cuando terminó la primera Guerra de Irak, Enric González decidió que había llegado la hora de abandonar el periodismo por su gran sueño; Londres. Había pasado un verano horrible en la redacción del diario El País, había estado en el mismo epicentro de la catástrofe bélica, y había decidido que se iba a Londres a vivir del aire. Su jefa, Soledad Gallego, en un intento de retener a un gran periodista, le ofreció la corresponsalía británica. Aceptó, no en balde se vive mejor del dinero que del aire. De su paso por la ciudad de sus sueños salió el primero de sus tres libros “Historias de Londres”. Un apasionante relato de sus andanzas por la ciudad entremezclado con los secretos de ésta. Historias de Londres, de sus habitantes, sus costumbres y sus peculiaridades. Un hermoso viaje repleto de anécdotas y rincones. La construcción del primer puente sobre el Támesis; Jack el Destripador; la evolución de los equipos de fútbol de la ciudad y las rencillas históricas que mantienen entre ellos. El conjunto va formando una curiosa visión de Londres más allá de lo que la mejor de las guías puede ofrecer. Un relato periodístico vivido en primera persona y lleno de sorpresas. Si su mujer enferma, el autor disecciona la Sanidad Pública inglesa, si un día tropieza con una alcantarilla, Enric se adentra en la historia de los toshers, los tipos que construyeron el Londres subterráneo, los Clubs de fumadores, Margaret Tatcher, la monarquía…Londres.
NUEVA YORK
Un día le dijeron que le cambiaban el destino y marchó a Nueva York. La gran urbe, el súmmum de los ismos, Manhattan. De aquello salió “Historias de Nueva York”, para muchos su relato más certero y que comienza con ese… “Dicen que si en Nueva York son las nueve, en Europa son las tres de la tarde de un día menos”. Si aquella infinita ciudad es inabarcable, González consigue captar la esencia. Su paso por la isla más famosa del mundo le puso a prueba como hombre, enfrentándole a la tragedia familiar, al dolor y la pérdida, en una narración que se ve salpicada por la tragedia y el nihilismo que produce. A pesar de ello, Enric, termina un libro excelente y hermoso. El relato abarca desde los aspectos más curiosos y superfluos, como la dificultad de asentarse en la ciudad, a la historia de las grandes fortunas, la Mafia o China Town. Su curiosidad y un gran sentido de lo que resulta interesante van llenando el libro de brillantes episodios, de cosas tan sorprendentes como verdaderas, de los secretos que pocas veces se conocen del gran Nueva York. Escrito con un estilo ameno y directo, sin disecciones y con un mordaz sentido de la ironía, González supera su primer relato construyendo una de las más curiosas imágenes de la ciudad que nunca duerme. Un día, igual que se enteró que habitaría Nueva York, le informaron que tenía que volver a moverse. Está vez su destino sería Roma. Y se fue.
ROMA
Aquel viaje le acercó a los más jóvenes, y enamoró con una reinvención del periodismo deportivo. “Historia del Calcio”, su último libro hasta la fecha, es una recopilación ampliada de los artículos que cada lunes se leían en el diario El País. Mezcló sus dos pasiones; el fútbol y la historia. Seguidor acérrimo del Inter de Milán, Enric disecciona las historias de este deporte y sus equipos italianos. Con humor, con sorprendentes historias, con comparaciones estrambóticas y personajes olvidados por la historia, Enric habla de fútbol y de muchas más cosas. De Italia, de las pasiones que la mueven y la forma de entender la vida en la ciudad eterna. Los tres libros conforman los últimos años de la vida del autor. Sus viajes, los personajes que se cruzaron en su camino y los secretos más personales de tres de las ciudades más mágicas del mundo. Un escritor adictivo, vividor, enérgico, curioso y trotamundos.
Después, el destino, le trajo de vuelta a Barcelona. Allí Enric se hizo cargo de una divertida columna de televisión en el diario. Dos años de reflexiones diferentes, dando caña al periodismo en su época de crisis, afilando el dardo, sufriendo el algún caso la censura, recibiendo reprimendas por una actitud que generaba centenares de fieles lectores. Un día, igual que todos los demás de Enric, la dirección del periódico decidía quitárselo de encima. “Enric, te vas”. ¿Adónde? , debió preguntar el periodista. “A Jerusalén”. Pues a la espera quedamos de sus próximas aventuras.
TEXTO Y FOTO: ALFONSO CARDENAL
un crack como periodista, corresponsal y como persona, faltan Enrics en la profesión, su padre también fue un monstruo…
me encantó leer Historias de Nueva York (leerlo en alto, jeje) habrá que leer los otros dos… Enric tiene un estilo muy especial, muy irónico, incluso poco diplomático… no sé a quién me recuerda…