Muy poco conocido en España, Richard Yates recibió criticas muy positivas en su país por autores de la talla de Tenesse Williams. Su primera novela, Vía Revolucionaria (1961), supuso una buena bofetada para ciertos estadounidenses acomodados durante la década de los 50. Y es que muchos de ellos consideraban que la meta de cualquier ciudadano que se preciara, consistía en tener un trabajo, un marido o mujer, una casa y la posibilidad de consumir y conformarse lo máximo posible con el entorno que les rodeaba. Esa búsqueda de seguridad y confort, esa poca autocrítica, dio lugar a fenómenos tan decepcionantes en la política como el de la caza de brujas de McCarthy. 

Con una espléndida adaptación de los diálogos por parte de Justin Haythe, Sam Mendes finalmente lleva a la gran pantalla esta historia que, aun situada en los años 50, bien pudiera ser trasladada a la época actual, no sólo por los planteamientos con respecto a la vida o el trabajo en general, sino también por “el potencial de explorar en detalle a un matrimonio, con todos sus roces, vulnerabilidad, crueldad, rabia y puro sentimiento – dice Sam Mendes -. A veces, una pareja que quieren estar juntos, que creen que tienen que estar juntos, no son capaces de hacer que funcione. La novela de Yates está llena de ingenio, de personajes que a uno le gustan de verdad, quizás a pesar de uno mismo.”

La película no sólo es altamente recomendable por su temática, sino también por las brillantes actuaciones de sus personajes, en especial de sus dos protagonistas, dos experimentados actores como son Leonardo Di Caprio y Kate Winslet, que encarnan al matrimonio Wheeler. Así como Michael Shannon, impresionante actor nominado recientemente al Oscar por su papel secundario en esta película, que interpreta a John Givings, un joven con problemas mentales muy propenso a expresar la verdad tal y como la piensa, con todos los rechazos que ello puede provocar en una sociedad como la que retrata este interesante largometraje.

VANESSA PASCUAL