‘Searching For Sugar Man’ cuenta una de las historias más increíbles y conmovedoras que he visto u oído desde que veo y oigo. La historia de Rodríguez: un músico de Detroit, hijo de emigrantes mexicanos, que sacó dos discazos hace 40 años y que, contra todo pronóstico, pasó completamente desapercibido.
Hasta ahí todo normal, estarás pensando. ¿Cuántos músicos publican grandes canciones y no se comen ni un rosco? Muchos. Muchísimos. Nadie sabe exactamente por qué pasa… y pasa. Pero claro, de todos esos no se hace un documental.
Lo que empieza a hacer especial la historia de Rodríguez (y perdón por la mentirijilla del primer párrafo) es que, aunque él no se enterase, sí triunfó… ¡Triunfó en Sudáfrica!
Sus canciones, en pleno apartheid, se convirtieron en himnos generacionales. Y no exagero. Hay quien le compara (sin pestañear) con los Rolling o con Bob Dylan… y no es Rodríguez el que sale peor parado. Do you know what I mean?
En mi opinión (y lo digo después de haber visto ‘Lincoln’, ‘Django Desencadenado’ o ‘The Master’), ‘Searching For Sugar Man’ debería estar entre las candidatas al Oscar a la mejor película. ¡Ya triunfó en Sundance y en el In-Edit! Pero los académicos solo han tenido bien nominarle como mejor documental…
Y te estarás preguntando por qué el tipo que firma estas líneas no se deja ya de conjeturas que no importan a nadie… Pues bueno, hay un por qué. Searching For Sugar Man es una de esas pelis a las que, para sacarle todo el jugo, hay que entregarse virgen. Ves al cine (sin googlear demasiado antes, porque el riesgo de spoiler es elevado) y luego me cuentas qué te ha parecido. Yo, al tipo que me mandó a verlo, le di las gracias.
CARLOS G. CANO
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