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Kris Kristofferson, cuando las canciones vuelan en helicóptero

Javier Sánchez Márquez, periodista y escritor de algunos de mis libros de música favoritos, acaba de publicar en Efeeme un reportaje sobre la edición de una recopilación de demos de Kris Kritofferson. Kristofferson me deslumbró primero como actor. Sus papeles para Sam Peckinpah fueron brutales. También el cine me introdujo en su música. Su tema “Help me make it through the night”, que abre “Fat City” (John Houston), todavía me pone los pelos de punta.

Kristofferson es el músico en el que se inspiró Jeff Bridges para su oscarizado Bad Blake en “Corazón Rebelde”. Ambos habían coincidido años antes en el rodaje de “La puerta del cielo” y habían entablado amistad. El cantante de “Me and Bobby McGee” fue un notable bebedor, que a punto estuvo de estropear toda su carrera, pero también es un personaje repleto de grandes anécdotas.

Kristofferson es hijo de una familia de militares, estudió Literatura en Oxford (Inglaterra) donde se inició en el mundo discográfico bajo el nombre de Kris Carson. Cuando recibió la llamada del Ejército contestó para prestar servició militar en la Alemania ocupada y dividida como piloto de helicóptero. A su regreso se casó con una vieja amiga. A mediados de los sesenta rechazó una oferta para ser profesor en la Academia de Westpoint y se trasladó a Nashville junto a su mujer y su hijo para dedicarse a la música. Su mujer le abandonó y Nashville resultó ser una ciudad tan hóstil como divertida. No lo tuvo fácil, trabajaba de lo que fuese mientras escribía canciones para que otros músicos las cantasen. Su empeño en que las estrellas escuchasen sus composiciones era tal que incluso llegó a colarse en la finca de Johnny Cash, en helicóptero, para darle una copia de “Sunday Mornin´ Coming Down”. Años después Cash la reconocería como una de sus canciones favoritas, además de ser el artista que más veces ha grabado temas de Kristofferson. El hombre de negro no fue el único en cantar sus canciones. Janis Joplin popularizaría “Me and Bobby Mcgee”. Cuenta la leyenda que cuando Joplin se acostó con Leonard Cohen en el Chelsea Hotel, estaba buscando al guapo Kristofferson. Elvis, Sinatra o Bob Dylan también cantarían sus canciones.

Luego le llegó el éxito como cantante y como actor, y luego lo estropeó todo por la bebida. Kristofferson, como Blake, bebió en exceso durante décadas, tuvo varios matrimonios fallidos y desapareció varios años de la primera plana de la escena musical. Cuando el sello que editaba sus discos quebró, Kris se quedó sin alternativas. Su material reciente no vendía y pronto le pusieron una etiqueta con la fecha de caducidad. En parte tenían razón, en parte se equivocaban de largo. El cantante argumentó que su compromiso contra la política norteamericana en los años 80 le había alejado del gran público. Su crítica a los apoyos militares estadounidenses en Centroamérica fueron notables. Pasó varios años en silencio, pagando sus deudas con pequeños papeles en películas difíciles de recordar. Pero volvió a lo grande. En 2006 editaba “This Old Road” un trabajo sensacional de crítica social y política, crudo y honesto, hermoso. La reflexiones de un veterano, de un hombre vivido que escribe sus pensamientos. “Cómo ha pasado esto, qué fue mal/ No culpéis a Dios, yo juró que le oí decir/ No en mi nombre/No en mi tierra/No más muertes o se acabó/ Y el misterio no importará más”.

Ahora el piloto, el actor, el cantante, visita España a sus 74 años para presentar en el Festival de Jazz de San Sebastián las canciones de su último y excelente álbum, “Closer to the Bone”.

ALFONSO CARDENAL

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One Comment

  1. 25 Junio 2010

    Alfonso, mi más humilde agradecimiento por ese comienzo de artículo que me ha dejado sin palabras.

    Un abrazo

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